Obviamente me refiero además de a tener más respecto por la ciencia, ser una persona íntegra y poder sentirnos orgullosos de compatriotas que se mueven mejor entre probetas que entre pelotas. Santiago Ramón y Cajal no sólo fue un gran científico, además pertenecía a esa estirpe, hoy día en franca decadencia, de hombres capaces de llevar sus conocimientos más allá del marco de la disciplina concreta que practican y aplicarlos en otras áreas. Se les llamó "intelectuales", y aunque nunca lo suficiente, en ocasiones se les escuchaba. Ramón y Cajal, además, escribía muy bien. De hecho, el texto que he incluido, aunque procede de su discurso de ingreso en la Real Academia de las Ciencias , lo encontré por primera vez en la antología " Las mejores páginas de la lengua castellana " (edición de José Bergua). Se trata de un ensayo sobre los fundamentos racionales y condiciones técnicas de la investigación biológica, pero como ya he dicho, muchos de sus párrafos puede...