Una de las primeras cuestiones que se plantea un usuario recién inciado en Twitter es a quién seguir una vez que ha terminado con su lista de conocidos (que en ocasiones puede ser ninguno, ya que Twitter está aún muy lejos de las cifras astronómicas de Facebook). Para esto se han creado directorios en los que puede uno apuntarse bajo determinadas categorías y que sirven tanto para promocionarse y que otros te sigan como para encontrar personas con perfiles de similares intereses. Otro de los sistemas que nació desde los propios usuarios fue el #FollowFriday, más conocido con las abreviaturas #ff o #FF, un planteamiento consistente en recomendar cada viernes una o dos personas a las que seguir, incluyendo en el mensaje la etiqueta #ff. Esta fue una gran idea, ya que entonces se suponía que la recomendación garantizaba un mínimo de interés por la cuenta referenciada... pero entonces entró en acción la vanidad humana y la cosa, en mi opinión, se fue al garete. De pronto se crearon clas...