Carta abierta al futuro Presidente
Nos dirigimos a ti directamente. Queremos compartir contigo nuestras reflexiones y preocupaciones en un momento decisivo. Ahora, hoy, estamos mucho más cerca del año 2020 que de los grandes hitos de las Olimpiadas de Barcelona, la Expo de Sevilla o la Capitalidad Cultural de Madrid de aquel inolvidable 1992. Pero vemos que en muchas de las dinámicas de gestión y análisis de los asuntos públicos en España, seguimos anclados en modelos obsoletos de dirección y organización.
La inercia y el desconocimiento conforman un enorme factor de resistencia al cambio. Las decisiones que presidentes y consejeros delegados vais a tomar en el corto plazo nos pueden enviar al furgón de cola de la economía del conocimiento si no toman en consideración la profundidad de la revolución que significa la sociedad en red. La realidad reducida es sólo lo que se ve o se conoce, pero hay una realidad aumentada fruto de la conexión de los ciudadanos y ya no se puede gobernar ignorando el caudal de energía y progreso de lo emergente.
Los cambios en los que estamos inmersos son tan acelerados, e impregnan de tal manera nuestra vida, que convierten rápidamente en caducos lo que se pretende que sean planes de futuro. Hace 10 años no existía Google, hace 8 no había blogs, hace 7 no se enviaban sms, hace 4 no existían YouTube ni Facebook, y hace uno no sabíamos lo que era Twitter. ¿Te das cuenta? Si alguien cree que la sociedad de la información cabe en un Ministerio, o que tiene que ver sólo con las infraestructuras de telecomunicaciones, es que no ha comprendido todavía la naturaleza de los cambios.
No se trata de cuántos tenemos un ordenador, ni de si eres tú o alguien de tu equipo quien contesta los correos electrónicos. Se trata de cambios en los modelos jerárquicos, relacionales, organizativos y sociales. Es una revolución sin precedentes, esta vez digital, que está sucediendo aquí y ahora. Han cambiado los mecanismos de creación de conocimiento y de generación de riqueza y valor, y la red los está distribuyendo de manera universal. En tres años vamos a multiplicar por dos la información disponible en el mundo, y a ponerla además al alcance de todos.
Queremos hablar contigo, Presidente, porque la prospectiva que se hace - creemos - es errónea: el mundo ha cambiado, pero todavía no lo han hecho los modelos de gestión. Y hay cambios de fondo, cargas de profundidad que reinventan los conceptos de identidad, comunidad, organización, frontera, propiedad o participación. Los territorios ya son redes, y los ciudadanos nodos que se socializan en la red, y con sus conversaciones digitales han convertido los mercados en algo transparente y global. Hay un nuevo modelo social en ciernes, ya visible en la red, que nos va a impactar de manera real.
Cambia la manera de dirigir, cambia la manera de influir, cambia la manera de liderar. Es necesario aprender, Presidente. Y para ello, es necesario escuchar. Ya no sirve la política que cree que los problemas se resuelven por el mero hecho de asignarles un presupuesto. Innovación, creatividad, emprendeduría… son ejes que se resuelven mejor con una actitud que únicamente con un cheque, una rebaja o una imprescindible infraestructura.
La situación en España es que las instituciones públicas y las organizaciones privadas relevantes para la definición del medio y largo plazo de la comunidad están casi completamente al margen de la sociedad red, y no tienen en su agenda los temas verdaderamente relevantes para diseñar nuestro futuro. Y lo que es peor, sus dirigentes confunden su responsabilidad con la simple subcontratación de servicios.
No queremos hablar de tecnología o de Internet, queremos hablar de los nuevos liderazgos y talentos de la sociedad en red. Nos preocupa el modelo de gestión con el que vas a decidir nuestro futuro: de cómo te informas, cómo escuchas, cómo aprendes. Manejar estadísticas o participar en un debate, aunque sea en la red no es suficiente para tomar decisiones acertadas. Tus ciudadanos ven cada vez menos televisión, crean cada vez más contenidos, son cada vez más globales, están cada vez más conectados y se sienten cada vez menos circunscritos a un territorio. Escúchales. En la red, se puede.
Queremos debatir sobre la neutralidad de las infraestructuras más que de su titularidad. Queremos dialogar sobre el concepto que tienes de la propiedad intelectual, más que sobre un determinado canon. Y cuestionar cómo usas el software libre si en él vas a utilizar datos a los que no tendremos acceso.
Queremos discutir sobre las reglas de juego que están definiendo el futuro. De una manera directa y franca.
El pasado 7 de enero se reunieron en Madrid Enrique Dans, Juan Freire, Antoni Gutierrez-Rubí y Genís Roca, y decidieron escribir colectivamente esta carta abierta dirigida a quien quiera que sea el próximo Presidente, y como (aunque con cierto escepticismo) comparto el contenido, lo reproduzco integramente:
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