Un comentario de ayer en el blog sobre sanciones LOPD me recordó un tema que hace tiempo quería comentar: esos curiosos avisos supuestamente legales tan frecuentes al pie de los correos electrónicos, con más tendencia al barroquismo y la extravagancia cuanto más grande es la empresa que lo envía. Se trata de una sanción de 1.200€ a una librería, que aunque incluía en sus correos un enlace a la Política de Privacidad en su web, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) determinó que aunque sea gratuito, no es un procedimiento sencillo ya que, por un lado, la información que se desprende del enlace no permite relacionarlo de forma fácil ni con el ejercicio del derecho de oposición al tratamiento de datos con fines comerciales ni con la existencia de un procedimiento habilitado para ello y, por otro lado, dicho enlace no remite directamente al procedimiento, sino que enlaza con la información. La historia completa en Cuestión de detalles. Comenta Alejandro , de Esal Consultore
Vaya ejemplos más pijos xD xD
ResponderEliminarA estos les venía mejor ponerlos a hacer algo de provecho más que advertirles sobre su privacidad en el "feisbuk"
Pues al principio te puedes tomar un poco a broma la actitud de los protagonistas, que como dice Jesús en el post son un poco caricatura, pero si te das una vuelta por el "feisbuk" que señala el anterior comentarista verás que hay mucho de eso y hasta peor.
ResponderEliminarY también estoy de acuerdo en que más les valía ponerse a trabajar y menos vomitonas en coches ajenos.
Buena iniciativa. De todos modos, la red pienso que es sólo un reflejo de cómo somos off line. El que es tonto, tambíen lo es en la red. Lo mismo para los indiscretos. Saludos.
ResponderEliminarJavier Regueira: efectivamente así es, algo que ni siquiera Google puede conseguir es hacer inteligente a un tonto.
ResponderEliminarTengo una teoría de este tema. La culpa la tiene el cristal.
ResponderEliminarSi, en esta ejemplo no hay cristal de por medio y por eso se ve más ridículo.
Cuando ponemos el cristal del coche entre los demas y nosotros nos comportamos de forma distorsionada. Cuando lo que ponemos delante de nosotros es la pantalla de cristal del ordenador igualmente distorsionamos el comportamiento.
Cuando lo que ponemos delante es la pantalla de cristal de la tele, es mas grave nos transformamos en silencio.
El cristal es el culpable.
Juan Antonio: eso debe ser, gracias por tu brillante comentario.
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