El marketing no es un departamento, es un idioma: el que utiliza la empresa para comunicarse.
Una empresa es un ente abstracto, persona jurídica lo llamamos, y cuando nace es como un niño desvalido a quien hay que enseñar todo desde cero. Deberá aprender a mover y utilizar su cuerpo (producción), a distinguir los momentos de la alimentación y los del descanso (administración) y por supuesto a comunicarse con quienes le rodean (marketing).
¿Y con quién se comunica una empresa?
En todos estos procesos el marketing interviene modulando los discursos a través de comunicados internos y de prensa, publicidad, merchandising, distribución, marca, empaquetado, precios… o mejor dicho, debería intervenir, porque lo cierto es que no siempre ocurre así.
Una empresa es un ente abstracto, persona jurídica lo llamamos, y cuando nace es como un niño desvalido a quien hay que enseñar todo desde cero. Deberá aprender a mover y utilizar su cuerpo (producción), a distinguir los momentos de la alimentación y los del descanso (administración) y por supuesto a comunicarse con quienes le rodean (marketing).
¿Y con quién se comunica una empresa?
- En primer lugar con sus socios y empleados, suministrando información clara y precisa sobre los objetivos de la compañía y su evolución, con el fin de conseguir un sentimiento de integración y de metas comunes que mantengan alta la motivación para todos.
- También con sus proveedores, un aspecto no siempre considerado en las estrategias de marketing.
- Y por supuesto con su mercado, tanto con quienes ya son clientes con el fin de mantener su nivel de satisfacción, como quienes no lo son con la sana intención de que comiencen a comprar.
En todos estos procesos el marketing interviene modulando los discursos a través de comunicados internos y de prensa, publicidad, merchandising, distribución, marca, empaquetado, precios… o mejor dicho, debería intervenir, porque lo cierto es que no siempre ocurre así.
Cuando en algunas empresas el marketing se reduce casi a las ventas (un aspecto fundamental, pero sólo uno más de todo el proceso), y el resto de departamentos trabaja de espaldas a él, ocurre algo similar al desconcierto que supondría que un niño hablara un rato en castellano, pasara luego al francés y terminara con un recitado en alemán, con la diferencia de que lo que en el infante sería un prodigio, para la empresa supondría un desastre.
La empresa necesita una guía, un cuaderno de instrucciones, una gramática que dote de unidad a su lenguaje.
Por eso, repito, el marketing es un idioma: el que utiliza la empresa para comunicarse, y si queremos que sea entendida deberemos esforzarnos porque todos los departamentos hablen el mismo idioma.
Quizás esta ocupación sea la función principal del marketing.
Por eso, repito, el marketing es un idioma: el que utiliza la empresa para comunicarse, y si queremos que sea entendida deberemos esforzarnos porque todos los departamentos hablen el mismo idioma.
Quizás esta ocupación sea la función principal del marketing.
Tenemos además que el desarrollo tecnológico ha desplazado buena parte de las conversaciones a los medios tecnológicos, con la consecuente digitalización del marketing.
En este vídeo se repasa la historia del marketing digital, sus hitos principales y el impacto en las políticas empresariales y pautas de consumo de productos, servicios y contenidos.
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