"Sonríe, respira y ve poco a poco." - Thich Nhat Hanh, monje budista Zen
Las vacaciones son un tiempo muy ocupado y estresante para la mayoría de las personas, con el trabajo y las compras de regalos y encuentros y todo tipo de eventos y otras preocupaciones, es un milagro mantenerse sano todo el tiempo.
El secreto para sobrevivir y, de hecho, disfrutar grandes momentos durante estos días de fiesta y en cualquier otra situación de tensión es mantenerse en el momento, tanto como sea posible. Es algo en lo que trabajo todo el tiempo, y es fácil de olvidar.
Sin embargo, también es fácil de hacer si eres consciente de ello. He aquí cómo:
- Una práctica sencilla. Toma una fruta, una manzana, una pera, una banana pelada o kiwi, algunas bayas, y cómelas con atención. Lentamente. Toma un bocado pequeño, y experiméntalo de verdad. Siente la textura en la boca. Paladea el sabor. Huele la fruta. Piensa en cómo te sientes al comer la fruta. Siente los jugos en la boca. Disfruta cada mordisco. Cómete la fruta entera de esta manera, mordisco a mordisco, sintiendo de verdad y paladeando y oliendo la fruta.
- Un mantra sencillo. Cada vez que te sientas estresado o abrumado recuerda la fruta. Dí para tí mismo "manzana" o "plátano" o "fresas" y recuerda el momento en que comiste la fruta. Luego sigue con lo que estabas haciendo: ir de compras, pasar el tiempo con los seres queridos o realizar un trabajo. Céntrarte en una cosa, y siente realmente el momento con esa cosa o esa persona.
- Recuerda lo que es importante. Durante estas vacaciones piensa en lo qué es lo más importante para ti. Podría ser la gente que quieres, ya sea pareja o amigos o hijos o padres o lo que sea. Quizás el trabajo, algo que creas y te apasiona. Podría ser algo más. Céntrate en eso durante estos días de fiesta y recuerda que el resto es sólo ruido. No es importante. Disfruta de todo lo que es importante para ti y deja que el resto se desvanezca.
Es una técnica que utilizan los psicólogos en terapia conductual, creo. Lamentablemente jamás tenemos tiempo para paladear ni las frutas ni ninguna otra cosa. La Navidad simplemente altera las prioridades pero seguimos corriendo.
ResponderEliminarGracias Javier por el comentario.
ResponderEliminarEntiendo que es una cuestión de voluntad, tampoco se necesita demasiado tiempo para comerse una fruta ;-)